martes, 21 de diciembre de 2010





-Toda idea de nuestra imaginación tiene primero una impresión correspondiente.

-Por muy ambigua que sea una idea siempre tiene que tener una impresión que sea clara y precisa. Por lo tanto si una idea no se basa en una impresión no se puede considerar idea.

-Debe haber una relación entre la impresión y la idea de causa y efecto, es decir una impresion causa un efecto que es la idea.

-Hume utiliza un ejemplo para explicar el proceso de causa-efecto. Con el movimiento que se le transmite de una bola a otra jugando al billar y al volver a hacer la prueba con otras bolas el movimiento es muy parecido. Por tanto todo objeto que sea similar a la causa produce un objeto semejante al efecto.

-La interferencia de la causa al efecto provoca todos nuestros razonamientos en la conducta de la vida, las creencias y la filosofía.

-Sin experiencia o impresión no hay idea como sin causa no hay efecto. Por tanto la interferencia causa-efecto sería equivalente a una demostración buscada en la comparación de ideas, pero no a una demostración de la que haya prueba evidente.

-La mente concibe un efecto de cualquier causa, y todo lo que concebimos es posible en un sentido metafísico, pero cuando hay demostración lo contrario es imposible.

-La repetición de ejemplos de una misma experiencia produce la idea de ésta y la aceptación de una verdad.

-A partir de la naturaleza recibimos unas experiencias que producen el proceso de causa y efecto. Como la naturaleza será siempre la misma o muy parecida se podrán crear ideas verdaderas, ya que, si se producen cambios, éstos serán tan simples que modificarán poco el efecto de la causa.

-Aunque parezca inmutable, siempre pueden aparecer modificaciones en la naturaleza que pueden hacer cambiar alguna ideas igual que no podemos decir que el futuro será igual que como fue el pasado o es el presente

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